Crónica del Taller de Mandalas.

Un taller que a priori podía parecer que sería colorear unos mandalas ya realizados, se convirtió en una profundización sobre el sentido de este tipo de dibujos, y un taller superinteresante, incluso para los que "solo querían rellenar uno rápido y salir a jugar al balón", jejeje.
Se habló del origen de este tipo de creaciones artísticas, y como, tanto en la naturaleza como en la vida cotidiana, estamos rodeados de mandalas. Se nos invitó tanto a colorearlos, como a componerlos, y no faltó quien lo utilizó incluso para reivindicar, jeje.
Nos gustó especialmente saber que en la India, cuándo componen mandalas en el suelo, con elementos naturales, flores, hojas, palos, piedras, en cuánto lo terminan lo deshacen, porque para ellos la profundidad de la creación no está en el resultado final, ni en las alabanzas, sino en el placer del propio proceso.
Lo dicho, los que más protestaron porque no querían ir, al final, fueron los que no querían marcharse, jeje, esto funciona así, jeje.

En la vuelta a casa, todos se emocionaron en el coche, cuándo se dieron cuenta que el gran rosetón románico de la entrada en la iglesia de Oza, es una preciosa vidriera de mandala...